Por los pelos

A lo largo de mi vida mi pelo ha sido mi fortaleza y mi debilidad.

Fortaleza por que mi pelo rizado es una especie de buque insignia que me define. Imprime caracter. Cuando alguien que me conoce poco y oye hablar de mí lo primero que dice es «Ah! ¿La del pelo rizado?» Cómo si fuera la única chavala del mundo con rizos, oiga usté.

Y también hablo de debilidad, así a secas, porque mi pelo es debilucho. Lo que pasa es que una engaña y tiene sus truquis para parecer que tiene melenón, pero nada más lejos.

Mi pelo es muy fino y se parte y se cae con bastante facilidad. Cuanto más largo, más se me parte y/o se me cae. Suele ser más la «y» que la «o». Tener el pelo rizado, usar espuma y difusor (en invierno, ahora con estas calores ni lo pienso) es una baza muy remaja para disimular esta debilidad y parecer la madre del Rey León.

La cuestión es que siempre se me ha caído una barbaridad. Sobre todo cuando me lo dejaba largo. Matas y matas de pelo es lo que dejaba en la bañera, que cuando los recogía del sumidero sacaba a un Chewbacca de fabricación casera. Ascazo supino. Para mí, y para el que venía detrás a ducharse.

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Dicen que después de dar a luz se caen los pelos a manos llenas. Cuando me quedé embarazada pensé que sería mi fin. Lo cierto es que no me he percatado de ello hasta ahora, más de cuatro meses después.

Encuentro pelos y más pelos por todas partes, un montón de ellos. Y venga pelos, en la alfombra, en la cama, en la ducha, ¡Hasta Óscar lleva mis pelos de serie en baberos, pañal, etc! (y en sus rollizas manitas, ojo que el crío me tira del pelo que da gusto, ¡Cómo si me sobrase!) Y es que me lo estoy intentando dejar largo  (y digo intentando, por que con el pelo rizado es toda una hazaña) para poder recogérmelo en una cola caballo sin que me salgan los cogollos a los lados (Entiéndase por cogollos restos de capas y/o flequillo).

El otro día bajé con Óscar a dar un paseo a eso de las 10 de la mañana, cuando aún el calor no aprieta, y entré en una peluquería a que me cortaran las puntas que desde el bautizo de mi sobri #2, en febrero, no había ido (mi record es año y medio sin pisar la pelu, ojo al dato, las puntas las tenía como la peluca del Cristo del Gran Poder). Expliqué que sólo quería cortarme las puntas, una mijita. Todo sea por el fin último del pelo largo.

Me fregotean el pelo (mmmh, babeo cual baby de gustazo) y me pasan a un sillón, se acerca la consiguiente peluquera que te pregunta cuánto sastamente quiero que me corten. «Naymenos, -la digo- Y el flequillo ni tocal-lo, porfaplis«.

Cuenta la leyenda, que la palabra Flequillo es inaudible por el gremio peluqueril, ignorando así los deseos de una. Y zaaasca, me descuido y ya me ha metido la tijera. Aaaains, noooorrrl. La oveja Dolly y yo, primas hermanas…

Así que aquí estoy con mi pelo cortaico, saneado y con mis cogollos laterales de serie para servirles, mientras un bebé se cuelga de rizo en rizo cual Tarzán con pañales…

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9 comentarios en “Por los pelos

    • Jajajajaja, disfruta del embarazo y del pelazo durante el mismo!! Por que sí, amiga clon, el pelo a los meses de parir empieza a caerse. Pero no te asustes, que la cantidad depende de cómo sea tu constitución capilar. Mi pelo es muy finorri, de siempre, así que imagínate después de dar a luz, el desagüe parecía (y parece) Chewakka. Si tu pelo es stronger, no creo q sea tanto (Espero!) 😉
      Te recomiendo que te cortes las puntas con frecuencia, eso lo fortalece… aunque yo no lo haga, q soy una cacho de vaga de mucho cuidao, amiga clon 😛

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  1. Pingback: Pelillos a la mar | Diario de una endorfina

  2. Es inaudible, cierto, mi tía es peluquera y lo reconoce!! flipa!
    A mí me pasa igual se me cae a puñaos, papáboom cuando lo ve siempre me dice que no sabe si guardarlo pa un peluquín! jajajajaja

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  3. Entonces, cuando me quede embarazada mis rizos se caerán MÁS que ahora?? Pero cómo es eso posible?? Vaya ánimos que nos das… yo que vivía tan feliz desconociendo esta información…
    Besos!

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