II. My baby blues

En estos momentos de silencio en casa, me debato entre depilarme (justo y necesario), escribir en el blog o echarme una siesta.

Uy, me vais a perdonar pero los astros se han alineado y las dos fieras duermen, así que aprovecho a dormir lo que me dejen, que no es poco.

… Zzz…

Ya. Tres cuartos de hora na más ha sido, pero oye, que he soñado y todo. GLORIA BENDITA. Y es que volver a tener un bebé es lo que tiene… Añade un niño de 4 años con tendencia a hablar en bucle y a gritos, y nada, ya estás preparada para ingresar en la López Ibor.18_oct_2016_diariodeunaendorfina_sopasknoor350Al lío, que tengo un ratejo ahora que el bebé me mira desde la hamaquita y el mayor ve Bob Esponja.

Yo os quería contar qué tal fue el postparto y tal. En el hospital empezamos bien, me recuperé muy rápido (tuve un desgarro y me dieron un par de puntos, pero no me molestaron) y Éric parecía que se enganchaba a la teta, hecho que ansiaba por encima de todas las cosas, ya que Óscar nunca llegó a hacerlo.

Pero día a día aquello iba doliendo más: la fuerza del pequeño al succionar, no acabar de pillar toda la areola (solo el pezón, por lo que aquello estaba irritado no, lo siguiente) y las malas posturas (por el dolor, me costaba relajarme), fue el inicio de una lactancia regulera.

Los profesionales del hospital me ayudaron mucho, con trucos y claves (más tooodo lo que yo había estado leyendo), pero claro, tenían que seguir haciendo su trabajo (desde aquí reivindico talleres de lactancia en los hospitales de una o dos horas -no un cuarto de hora- para las madres que quieran dar el pecho y les cuesta la misma vida), y una se quedaba sola (*), con sus tetas pa’chopped, sus dolores varios y su bebé enganchado cual little pirañita.

Desde el hospital nos alertaron que el bebé no mojaba los suficientes pañales -si llegaban a tres era un milagro 😦 – y que debería coger algo de peso (no ganaba ni un gramito, mi chico). O bien nos quedábamos una noche más o bien nos íbamos a casa y volvíamos al día siguiente prontito para hacerle pruebas. Nos quedamos, claro. Seguía sin mojar lo que debiera y sin acercarse ni de lejos a su peso original, pero como estaban los análisis bien, nos dieron el alta, eso sí, insistiendo en que le lleváramos no muy tarde a la matrona o pediatra para controlarle.

Y en casa empezó la película de terror. Sábado 20 de agosto, calor infernal, molestias varias, como una Sra. Almorrana tamaño círculo rojo de la bandera de Japón (de la bandera tamaño REAL) y un bebé que podía pasarse tranquilamente 5 y 6 horas cogido de la teta… No pasar una hora y volver a empezar… Mis pezones iban desdibujándose entre sangre, Purelan (que no me hacía nada), Vea Oleo, leche materna, agua y jabón. Y lágrimas, las mías, porque día a día aquello dolía y dolía cosa mala. Solo con pezoneras me dolía «algo» menos…
18_oct_2016_diariodeunaendorfina_censuradoMe pasaba el día llorando. ¿Depresión postparto? ¿Frustración porque no veía la luz al final del túnel? ¿Era por los dolores en general o por no ser capaz de establecer la lactancia de una vez por todas en particular? ¿Podría donar mis pezones para el atrezzo de Walking Dead? ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?

Como no sabía si aquello era lo «normal» o no (que doliera taaanto), pedí ayuda a amigas que hicieron todo lo que estuvo en sus manos para echarme un cable, ya fuera en persona como vía Whatsapp (no olvidemos que Éric nació en plena temporada estival y medio Madrid, por no decir que Madrid entero, estaba de vacaciones) (**). Cristina y Becky vinieron al hospital para orientarme y darme consejos desde su experiencia. La primera me recomendó una asesora de lactancia, Bea, con la que me cité aquí en casa. Las dos horas que estuvo, puedo decir que fueron las dos horas más esperanzadoras de toda mi lactancia frustrada. ¡Éric iba pillando toda la areola! Podía incluso dar el pecho sin pezoneras sin ver las estrellas…

Bea me explicó que un mal agarre por parte del bebé significa una mala transferencia de leche, hecho que explicaba que el bebé no cogiera peso a pesar de estar amorrado a la teta sesiones eternas.

Pero yo seguía viajando en una montaña rusa emocional, y por la tarde volvimos a bajar en picado: no conseguía que Éric se agarrara, ni bien ni mal, él lloraba y yo también, el peso de mi chinorri disminuía, seguíamos sin mojar pañales y para más inri cuando le cogíamos para ponerle a la teta, se le iba la cabeza porque estaba como amodorrado… Si a eso le sumamos el viaje kamikaze de mis hormonas, no dormir nada y los 32º de las noches de verano, hacían un montante de puta locura.

Recuerdo no disfrutar de mi bebé. Recuerdo rezar porque pasaran aquellas semanas del infierno. Recuerdo mucha tristeza y dolor. Hasta que Mauri me dijo una madrugada, después de un show de sacaleches, grietas, sangre, pus de mis pechotes heridos (más inicio de mastitis en uno, del que no me salía ni una santa gota de leche), que se iba a una farmacia de guardia a comprar un bote de leche de fórmula, que el peque estaba ido y yo también, y que ya estaba bien. Menos mal que puso un punto de cordura porque yo, confieso, la había perdido.

Y remontó. Y yo con él. El peque empezó a demandar la jala, y a mojar pañales a tope. La lactancia mixta, pensé, sería una buena idea para que mis maltrechos pechos descansaran algunas tomas. Pero cual fue mi sorpresa, que aquello dejó de producir. Y extraerme lo poco que sacaba con el sacaleches volvía a hacer sangrar mis heridas.

La decisión estaba clara, optamos por la lactancia artificial. Yo tenía una amalgama de sentimientos encontrados: por una parte, quería seguir, pero por otra me moría de dolor. Confieso que lo que me hizo desistir fue definitivamente el estado de Éric.

Si con Óscar la presión que sentí con respecto a dar el pecho fue externa, esta vez fue mía y solo mía. Estaba tan convencida que esta vez podría, que no era capaz de ver más allá de mi cabezonería.18_oct_2016_diariodeunaendorfina_mamayeric

Una vez tomada la decisión en firme, fui viendo la luz al final del túnel. Mi bebé hasta sonreía (o quizá era mi felicidad reflejada en su carita), y por supuesto, yo también. Donde haya una mamá feliz, hay un gordito más feliz aún. Y eso es lo que verdaderamente importa.

Y así acabó nuestra historia de mi segunda lactancia frustrada, y empezó de verdad nuestra vida de 4 a tope de endorfinas 🙂

 

(*) Mauri estuvo conmigo en todo momento, me refiero a sola con el tema teta -dolor…

(**) Gracias a todas por vuestra ayuda y consejos, a pesar de no poder ser, gracias de corazón a Patri, Laura, a Ronit, a Kitty, a Davi, a Becky y a Leti. Y por supuesto a Cris y a Bea. Y fuera del tema teta, gracias a todos los amigos que estuvisteis ahí para apoyarme en momentos tan bajos. Puedo decir y digo que soy una chica con suerte.

18 comentarios en “II. My baby blues

  1. A veces hay que tomar decisiones dificiles, pero fue tu decisión y por eso fue la correcta. Además he visto fotos de tu peque por instagram y oye que hermosura de niño. Lo importante es que los dos os encontreis perfectamente.
    Un abrazo fuerte.

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  2. Pues con Bruno me pasó exactamente lo mismo. Héctor, mi marido, tuvo que bajar a una farmacia a las 4 de la madrugada a por leche el 4° día del peque. Y lo peor es que no le di importancia a lo poco que mojaba el pañal hasta que meó después de su primer bibe, como si fuera primeriza, joder. La mastitis me tuvo 10 días con los pechos envueltos y apretados por el vendaje, antibiótico y un dolor horrible. Maja, ni un remordimiento ni medio, ni presión ni leches, la lactancia artificial NO es mala. Con Marcela solo mantuve la teta 20 o 25 días, por dolor, grietas y demás, aunque nada que ver con lo que pasé con Bruno, pero era eso o acabar tarumba.
    Felicidades por esa familia bonita.

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  3. Cada uno vemos que es lo mejor para nuestros peques. Yo al final opte por lactancia mixta por lo mismo. En los dos casos, las tardes eran muy malas y los peques lo pasaban fatal asi q bibe de ayuda. Y asi mi chico mayor ha mamado hasta los cuatro años ( y todavía pide alguna vez) y el peque sigue con dos años. Lo mas importante es q todos estemos bien

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  4. Ay ay ay ay ay no sabía nada loca….hubiese estado más pendiente de ti….puf te leo y me veo tal cual…revísate y espero que la depre haya remitido si no «pastilla mágica»….yo tuve que aplicarla y aceptar que pasé por depresión postparto un monstruo que pocos te hablan y que es de verdad. Un besote desmadroso y vivamos las pechugonas que damos bibi

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  5. Sentimientos en los que me veo identificada claramente, que difícil es tomar la decisión de lactancia artificial 100% sin dejar de sentir culpa, pero como dices, cuando ves que todo fluye y tu bebé comienza a sonreir, el paso al bibe se hace mas fácil. Ya he visto a tu gordito esta mañana en la foto y esta para comerselo.
    Ya pasó la trajedia, ahora a disfrutaros ambos

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  6. un abrazo hermosa! aún recuerdo tu voz en aquel mensaje y quise darte la mano y un abrazo gordo en la distancia. Con el tiempo todo se hace más llevadero y casi se olvida. Ahora puedes disfrutar de gordis y de pechotes firmes 😛 sé que no fue una decisión fácil pero fue la correcta para todos! al chinorri me remito! besos preciosa! a todos! familia bonita que habéis creado!

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  7. Mira, todavía me estoy riendo de lo de la bandera de Japón y lo de los pezones para Walking Dead! jajajajaja eres taaaan buena!!
    Me alegro un montón de que la fase puñetera quede lejos ya! Ya lo probaste, súper mami, lo hiciste todo… y cuando no puede ser, no puede ser… Si existe la fórmula es por algo! y así todos p’arriba con fuerza y alegría!
    Un besazo, preciosa familia!

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  8. Muchacha, con lo alegre que tú eres y que te haya tocado pasar por algo así. Me alegro de que hayas visto luz. Nosotros vivimos con un bote de leche en polvo en casa, sin estrenar, porque los inicios de la lactancia fueron tan, pero tan dolorosos, y lloré tanto, que mi marido no podía vivir pensando que un día dejaría de poder alimentar a mi bichilla. 3 meses insoportables duró la broma por una infección no detectada que acabó curándose sola. Prefería la muerte antes que la niña pegada a la teta ¡y con lo que demandaba! Que se pasaba 45 minutos chupando, descansaba 15 y vuelta a empezar. Pero claro, esta engordaba como una bestia parda por lo que ahí no teníamos preocupaciones, y el único «problemilla» era mi dolor. Así es que como borrica que soy, seguí adelante así se me cayeran las tetas y hasta hoy. 3 años después, preñada del segundo y con cierto pánico a verme envuelta en una lactancia en tándem. Como dices, falta mucha información. Nosotras tuvimos la suerte de contar con asesoras de lactancia en el centro de salud, 2 horas cada semana durante el tiempo que necesitásemos. Y me pasé yendo 4 meses completos hasta que todo pasó. Vamos, que si se me llega a juntar esto con una depresión post parto ¡yo creo que no hubiéramos sobrevivido ninguna! A veces la maternidad comienza de las formas más complicadas. ¡Un besazo!

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  9. Pero chiqui como no llamas leches….en fin ya ha pasado y me alegro de que todo vaya bien, y que a la mierda la teta cuando hace sufrir, te lo digo a ti y al «susun corda» que venga, pasar por ese dolor y ese estrés…amos, amos…la teta está genial cuando todo va bien y a todos les va bien, con la poca experiencia que hay en los hospitales con estos temas no hay forma, yo tuve suerte y todo fue bien porque tuve mucha ayuda y me enseñaron desde el minuto cero, mis amigas ojo, que en el hospital lo único que querían era darle un biberón de formula al minibicho, y funciono durante dos años y medio, pero sino funciona, no funciona y no hay que fustigarse.

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  10. Soy de la opinión de que una madre feliz = hijo feliz. Si la lactancia materna no va bien y empiezas a sentirte mal no hay ningún mal por elegir la l.a. en mi caso opté por lactancia artificial desde el principio, me agobiaba pensar en un bebé todo el dia «enganchado » a mí. Y a pesar de las duras críticas que recibí no me arrepiento de nada, Lucía y yo tenemos un vínculo precioso e irrompible desde el principio. Espero que esos bajones hayan pasado y estés disfrutando de tus criaturas al 100%. Un beso!

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  11. Ais pensaba que era la única que iba a la farmacia de madrugada a buscar leche! Yo lo hice con 10 días por lo mismo… Aunque al final conseguimos mantener la lactancia gracias a las asesoras del CAP, en eso tuvimos suerte!

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  12. No sabes lo bien que me ha venido leer tu post,!
    Mi niña nació el 25 de Septiembre y pasamos por algo muyyy parecido, sin llegar a la mastitis.
    Yo quería dar el pecho con todas mis ganas porque con mi mayor, de 4 años como tu campeón, tampoco pudimos disfrutarla… Pero ha sido misión imposible.
    Yo no llegué a ir a un grupo de lactancia porque los dolores del postparto (Episotomía más desgarro) no me dejaban apenas moverme del sofa/cama..
    Ahora veo imagenes en IG y me da pena, pero es que no había de dónde tirar (o mamar, vamos).
    Mi marido tb compró semi a escondidas un bote porque con el mayor lo pasamos fatal y, pese a que mi pequeña al menos sí cogía peso con la lactancia mixta, la cosa no «Fluía».
    Y te digo que me ha venido bien porque aún he tenido que oir insinuaciones de que no tuve paciencia. A lo mejor no, no la tuve, pero no quería pasar más dolor por mí y por mi chica, no quería llegar a la mastitis como con el mayor y me superó un poco la situación con dos… Pero creo que tampoco hay que dramatizar. 15 días «disfrutamos» por decir algo de ello y ahora disfrutamos con mayúsculas los 4.
    Me ha quedado un poco raro el comentario (y largo) pero seguro que aquellas que han pasado por un nacimiento y por la lactancia me comprenderán. Las hormonas se apoderan de nosotras sin remedio.
    Gracias por tu blog!
    Slds

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  13. Yo opté por la lactancia materna desde el principio. Salí de un parto muy largo (provocado por culpa de q mi gordi no queria salir y que la epidural me dejó muerta) con una falta de hierro total, una episiotomia fantástica y luego una infección de orina. Me tuvieron que poner oxigeno cuando tenia a Jota en mi pecho. Vamos, que estuve como un trapo varias semanas.. A eso no le podia sumar la lactancia…. Oyes, no me podia ni levantar de la cama para ir al baño, menos ponerme a Jota para darle el pecho. Y no me arrepiento…. Claro que la lactancia materna es lo mejor pero también hay que ponerle cabeza a la situación. que ya es difícil de per se. Mi gordi_Jota es precioso, un gordito rubiales que corre por la guarde y los dos fuimos felices durante su lactancia (compartida) con su padre. 🙂

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