Volvemos del norte, sin tráfico apenas en la carretera. Una gozada que agradezco enormemente ya que encuentro cansada.
Llego a casa, beso a mi amor, hablamos, y le digo que voy al baño a hacerme la prueba.
En el prospecto explica que tarda en colorearse 5 minutos.
Mojo el cacharro en mi orina, lo saco, me doy la vuelta pa tirar algo a la basura, y cuando me giro (un minuto quiza??) aquello ya se había coloreado. Los dos huecos. De rosa. Pim, pam.
Se confirmaban mis sospechas: estaba (estoy) embarazada.
Salgo del baño con el cacharro en la mano y se lo enseño a mi chico. Los dos nos quedamos mirando rollo hola??, como dos ignorantes que flipan mucho mucho mucho y no saben ni que decirse.
Después del momento tonto este, mi chico me sonríe, y se emociona. Yo también, aunque reconozco que estoy pelín ojiplática.
Mi amiga me pregunta insistentemente que pasa con ese test. Le respondo que salió positivo, y empieza a gritar y a saltar y a emocionarse. Me pregunta que como estoy, y le digo que en shock.
Mi chico y yo salimos a celebrarlo. Nos sentimos muy raros, aunque no paramos de sonreirnos, de hacernos carantoñas y de repetirnos “qué fuerte!!”.
Durante la cena hablamos de cómo decírselo a la gente, a nuestros padres… de los cambios que vendrán…
Volvemos abrazados caminando, soñando despiertos, imaginando… y flipando, claro.
Y no sabes como nos emocionaste a todos al contárnoslo!! Si lo estoy leyendo y estoy por ponerme a saltar como un loco otra vez!!! No sabes las ganas que tengo ya de conocer al Señorito Torra-Sánchez 😀
Me gustaMe gusta
qué mono eres, maaare!! Nosotros también tenemos ganas de conocerle ya! Y de presentárselo a tooood@s los tit@s que tiene, q son una jartá!! 😛
Por lo pronto en navidades me podréis ver con el bombo, que ya va in crescendo 😉
Me gustaMe gusta