El día que me añadieron a los grupos de Whatsapp

… Del cole, que los de los amigos, aunque algunos spamean más que escriben, a veces te regalan algún meme épico de esos que reenvías hasta que te conviertes tú solica en una spameadora profesional.

Pero yo he venido aquí a hablar de los grupos de Whatsapp del averno. Uy perdón, del cole. Multiplica los grupos por las actividades extraescolares que tenga la criatura, y voilà, tendrás a una madre desquiciada lidiando con 200 y pico mensajes sin leer. El averno hecho tecnología.

Y ojocuidao que una es protecnología y que me parece el Whatsapp uno de los grandes inventos del mundo mundial, pero todo con control, oye, pues mejor. Pero dónde y cómo pones el control… 27 nenes por clase por 2 que son los progenitores (afortunadamente no siempre están los 2), suman la nada desdeñable cifra de 54 personitas escribiendo cosas…. Fiebre del sábado noche, y del lunes por la tarde y del jueves a mediodía, vaya…

21dic2015_diariodeunaendorfina_gruposwhatsapp

Eso es un no parar, si no es el grupo de teatro, es el de fútbol y si no el de la clase… Si me avisaran de los mensajes pendientes con la voz de un contestador automático sería algo  así como: Tiene – usted – 654 – mensajes – sin – leer – piiiiii … Escalofríos por la espalda…

Virgendelabrigodepana. Paren el mundo que yo me quiero bajar.

A pesar de todo, confieso que los necesito. Sí, una no puedo obviarlos, porque en mi caso, empanada por naturaleza y despistada por despiste crónico, tiene que estar al loro de cuando tienen que ir disfrazados, cuando llevan la manualidad hecha o cuando es el festival del cole.

Y está esa madre que no solo informa cuando hay que llevar la manualidad sino que adjunta una foto, con alevosía y nocturnidad, de la pedazo de creación que se ha marcado (con) «su hija», y se me queda un careto de WTF bastante resultón. Cuando me debato si escribir algo o meterme en la cama y soñar con el mocetón del anuncio de Dolce & Gabanna, otra madre rauda y más de mi calaña, responde que está genial, sí, pero que ella no ha hecho eso, que solo ha coloreado con su niña la manualidad. Y pos oye, una se va a dormir con una sonrisa pensando que tan mal no lo está haciendo. Mal de muchos…

21dic2015_diariodeunaendorfina_a4manos

Complejo el mundo este del cole, de los padres, los grupos de Whatsapp, el AMPA, y todas sus cosicas… Me siento siempre orbitando alrededor de él.

Ahora que estoy trabajando en una empresa por un tiempo (de ahí mi silencio en estos lares desde septiembre, ni tiempo para mear, oiga) con horarios incompatibles con los del cole, lo cierto es que la información que me llega por estos grupos me viene como agua de mayo, claro que mi tiempo para leerlos y/o responder es limitado. Porque atender tanto volumen de mensajes requiere tiempo. Y de eso precisamente, no ando sobrada.

Y luego para rizar el rizo, tengo en mi haber otro grupo de Whatsapp, pero este es diferente, en él no hay deberes, ni fiestas sorpresa, ni ostias, hay planes para hacer con los peques y fotos divertidas. Se llaman Madres del parque y se forjó en los últimos meses de guardería (y que afortunadamente la mayoría compartimos el mismo cole -una suerte porque Óscar a penas a notado el cambio, está con 4 nenes de la guarde-), somos esas guerreras (y algún guerrero!!) que después del tajo nos juntamos a cascar mientras los niños se rompen la mandíbula en el tobogán (están en esa etapa de Sacamantecas, qué le vamos a hacer…) y que hacen que las tardes sean más llevaderas. Confidencias, gusanitos y risas, ¿Quién da más?

Así que si tardo en contestar a un Whatsapp ya sabes lo que puede ser: es que aún estoy leyendo los taitantos mensajes que tengo sin leer. Compasión.

Pray for (empanated) Fina. 

Crónicas del parque III – Las madres, esa fauna

Ya es otoño en El Corte Inglés. Y aquí en mi pueblo. La nube de Mordor que sobrevuela nuestras cabezas y la bajada de temperaturas así lo corroboran.

Y volvemos a hacer rondas por el parque.

Una vez más, nos juntamos las madres con sus churrumbeles, sus cubos y palas y sus vicisitudes. Qué tal el verano, cómo ha crecido son algunas de las frases más sonadas… Y yo tenía una crónica del parque pendiente.

Apuntadas todas vuestras demandas de ampliar la lista de fauna maternoparquil de mi última crónica del parque, aquí estoy con seis tipos de madres.

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La madre cotilla: Es esa que te sonríe cuando te ve con la esperanza de que sueltes prenda y pone la oreja cuando otras dos mamis están hablando. No siempre mete baza, pero la joía se entera de todo y siempre dispone de información privilegiada. Ojocuidao con este ejemplar, acecha en cualquier momento.

Diagnóstico: Ama el parque. Es el caldo de cultivo ideal para sus chismes.

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La madre sufridora: La distinguirás por sus cejas, que nunca están horizontales, por su frente perlada de sudor, por sus ojos muy abiertos y su inquietud. No le quita ojo a su criatura e imagina situaciones temerosas que le puedan pasar a su miniser. Por ello sufre. En silencio. Como las hemorroides.

Por lo general a sus hijos no les pasa nada, o al menos nada que no le pase a otro crío, tipo caer de culo, comer arena o recibir un galletón de otro niño.

Diagnóstico: Odia el parque. Su frase favorita es «Nos vamos a casa, Miguelito«.

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La madre pasota: Se la suda todo, ella va a su aire, ajena a todo, incluido su crío asalvajado. Si el hijo se acerca con la crisma abierta, le mira por encima y sentencia «Venga, venga, que no es para tanto. Ale, a jugar»

Diagnóstico: Se la pela, el parque y todo.

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La madre hitleriana o Rottenmeyer. Esa madre que se pasa la hora y media del parque pegando voces a sus churrumbeles, dando órdenes y siendo temida no solo por su estirpe sino por todo la fauna maternoparquil. Verla venir a lo lejos, y cuadrarse todo bicho viviente es uno.

Diagnóstico: Le gusta poco o nada el parque. Hay caos. Hay arena. Hay gente.

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La madre perroflauta: Defensora de la causa animal, de pelo indomable con un Mowgli por hijo, al que deja hacer de todo en un ejercicio de libertad y buenrollito. Es una mezcla entre la ecológica y la entregada, pero dejando su espacio a su miniser, sin agobiar, porque debe ser tan espíritu libre como ellas.

Diagnóstico: Le encanta el parque.

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La madre cansina. Pero cansina Premium. La insoportable que todo lo sabe y te da ración de oreja aunque no preguntes. Huele a kilómetros su presa, se acerca sigilosamente y la atrapa con un contacto visual primero y después suelta su verborrea a cascoporro dejándola atrapada en kilos de información que la mente no es capaz de procesar. Al menos la mía.

Diagnóstico: Le pirra el parque. ¡Hay tanto que enseñar!

Cónicas del parque II – Las madres, esa fauna

En la anterior Crónicas del parque hablaba de la fauna infantil que hay en mi barrio, pero un capítulo aparte merecen sus madres, esa fauna maternal (y paternal, pero menos) que me encuentro cada día en los alrededores de nuestra casa.

Que no me mola el parque es por todos sabido, no solo por la arena, ni por la mierda que nos encontramos cada día allí, sino por la, a veces interacción y otras ausencia de la misma con las mamás/papás de otras fieras. Vamos que no soy la única que pasa del parque. También hay algún buenpadre, y alguna buenabuela, pero la abrumadora mayoría son mamás. Esto es así y los pimientos son asaos.

Después de casi un añito de observación puedo exponer algunos tipos de madres de parque:

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La madre pija: Es esa que siempre va muy estirada, enfundada en una falda lápiz y con taconacos de vértigo, con la cabeza alta y ademanes exquisités. Se la detecta por sus eses líquidas y porque casi nunca se sienta en los bancos del parque, se queda de pie con los brazos cruzados evitando contacto y vigilando en la lontananza a su churrumbel, generalmente vestido de la época de Luis XVI. Un día hablas con ella y descubres que tiene su puntico, pero cuesta. Lavirgen si cuesta.

Diagnóstico: No. A ella tampoco le mola el parque.

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La madre friki. Esa madre que no suelta el móvil hasta que su hijo/a se empotra en el tobogán. Se dedica a contar en sus redes sociales lo coñazo que es ir al parque, lo que se aburre, lo cerdísimo que está, hace fotos a su guacho/a, y reenvía chorradas y/o vídeos de la criatura por wassap como si no hubiera un mañana. No se relaciona con nadie (bueno, con su hijo/a sí. Aunque no siempre). Frikea.

Diagnóstico: Tampoco le gusta el parque, pero su frikismo hace que se la pase rápido.

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La madre ausente. No estaba muerta, que estaba de parranda. Dícese de aquella que enchufa a las criaturas en el parque y se va a hacer la compra o a fumarse un piti bien lejos o a hablar por teléfono, o simplemente desaparece. Sabes que tiene que haber una madre porque hay niños de más, no te salen las cuentas. Por lo general suelen ser las madres de los niños porculeros del parque. 

Diagnóstico: A esta madre el parque le hace la cobertura, aunque gustar gustar, no es que le mole mucho. Y sus hijos, menos.

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La madre ecológica. Aquella que te pregunta cómo haces el puré de verduras, y cuando le cuentas tu sistema revolucionario de congelar ordas vikingas de tuppers de purés desarrolla un pequeño tic. Porque ella, te explica, lo hace cada día, uno diferente, para estimular todos los sabores y por supuesto al vapor para conservar todas las maravillosas facultades de las verduras. Usa pañales ecológicos para su criatura, hace cremas caseras, es megafan de lo orgánico, y nunca ha comprado un potito en su vida. Para ella eres el coco, pero es simpática -al menos te habla-  y parece buena persona, intensa, pero maja.

Diagnóstico: Le gusta lo que le gusta a su hijo/a, ergo le mola el parque, porque su hijo/a se expresa en libertad (y a veces también reparte ostias como panes en libertad… pero bueno, eso ya es harina de otro costal…)

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La madre caraperro. Aquella madre a la que no le preguntas ni la hora no vaya a ser que se cague en tus muertos. Tiene cara de pocos amigos, no se relaciona con nadie pero ni pizca ganas que parezca que tenga (igual está podrida precisamente por eso, por estar sola) y en ocasiones siento miedito cuando hay tiene lugar un mínimo contacto visual o su criatura interactúa con mi gordo y éste le empuja. Sufro en silencio. Digamos que no tiene el toto pa ruido

Diagnóstico: Odia el parque y a la humanidad.

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La madre entregada. Esa que nunca serás. Es aquella madre feliciana que aplaude todo lo que su pequeño haga, sea lo que sea. Se la ve absolutamente entregada a su churrumbel, y presume constantemente de él ante las otras madres. A veces es pelín cansina, pero se la ve tan realizada con su maternidad y ese triple brillo en los ojos, que enternece. Por lo general juega con su nene/a, se sienta con él/ella, hace figuras de arena, y también habla con otras madres para contar que su hijo/a come, duerme y descome rebien. Simply The Best.

Diagnóstico: Le rechifla el parque.

¿Adivináis qué madre soy yo? Un, dos, tres, responda otra vez…

¿Y vosotras? ¿Qué madre sois? ¿Qué tipo de madre echas en falta en mi estudio maternoparquil?

 

Los 10 mandamientos del #8J

Este sábado 8 de junio, aparte del cumple de mi gran amiga Clarich que vive en NYC (¡Envidia!), es una fecha especial. Vamos a liarla parda todas las blogueras dicharacheras que formamos esta nuestra comunidad en el I Encuentro de Madres Blogueras que han organizado Madresfera y YoDona. ¡¡Qué ganasss!!

A estas alturas de la película imagino que tod@s sabréis de qué hablo, para l@s despistadill@s, aquí os dejo el link con toda la info ^^

Echaré de menos a mi fondo sur, a mi Solomillo, a Bego, a Ara y a María, ellas ya lo saben que pa eso estamos todo el día liadas por el wassap (Ojalá estuvieramos más cerquita, niñas!!). También echaré de menos a much@s, en concreto a Ser Educadora, a Mamirami y a Batmami. Pero la mayoría van, y me muero por poner cara y conocer a muchas y muchas blogueras mamis y no mamis (¡Papis también, ojocuidao!), porque la desvirtualización mola. Mola mucho.

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El caso es que para tal ilustre evento, y con vuestro permiso, he ideado unos 10 mandamientos de cara al 8J mientras pensaba en el outfit que llevaré (a estas alturas, ni zorra, la verdad, María, te preguntaré por wassap, que lo sepa usté… ):

  1. Dejarás al churrumbel/es a cargo del marinovio/abuelos/talleres/babysitteretc. Es tu momento. ¡Aprovéchalo!
  2. Te pondrás monérrim@, te arreglarás el pelonido y asistirás con la mejor de tus sonrisas porque habrá un antes y un después del #8J.
  3. Te identificarás con pegatina, tarjeta, letrero, careta o whatever. Tod@ bloguer@ deberá darse a conocer.
  4. Conocerás o intentarás conocer a l@s 300 bloguer@s que participan. Yo desvirtualizo, tú desvirtualizas, él/ella desvirtualiza, tod@s desvirtualizamos!!
  5. Tomarás notas y/o atenderás a las ponencias de l@s bloguer@s donde se aprenderá mucho para sacar jugo a nuestros blogs.
  6. No tomarás el nombre de Madresfera en vano.
  7. Tuitearás todo lo que allí tenga lugar para dar cobertura a tod@s aquell@s que no pudieron venir.
  8. Se turnará religiosamente el/los enchufe/s para cargar la batería de los móviles.
  9. No bostezarás ni dirás aquello de «Es muy tarde, me voy a ir ya» «Uy qué cansad@» «El peque seguro que me echa de menos«. No de admiten excusas.
  10. No abusarás de contar chistes malos ni del bebercio (este va por mí ^^)

Espero cumplir todos y cada uno de los 10 mandamientos 🙂 ¡Nos vemos el #8J!