Pequeláminas de nacimiento: El Babyboom

¿Cómo hemos estrenado el 2015? ¿Qué tal va la vuelta a la rutina? ¡Espero que genial! Yo después de unos días de desconexión en la ciudad condal, estupendamente ^^

Volviendo al título del blog, no, no estoy preñi que os veo venir… Pero sí, por primera vez en mi vida, tengo un montón de amigas, vecinas, conocidas que acaban de tener un bebé o que darán a luz este recién estrenado 2015. A mi me encanta cuando me lo cuentan, confieso, compartir sus inquietudes, su ilusión… Ir a conocer al churumbel en cuestión y sonreír mientras se activa la maquinaria del recuerdo y que te venga a la memoria los ojos de botón de mi gordo y su amigüito insepareibol desde la cuna es todo uno ^^

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Ideando regalos para las nuevas (o reincidentes) mamás y sus miniseres del amoooog llegué a estas láminas de nacimiento. Es un detalle que está gustando bastante y quería compartirlo con vosotros, por si, como yo, tenéis nacimientos a la vista y os animáis. A regalar la lámina o a embarazarse, ¡Que el virus este es imparable! 😛

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Os cuento un poco:

  • La lámina es 100% personalizable en cuanto colores (me podéis decir la mezcla de los mismos, o mandarme una foto de un body / jersey que usa mucho, por ejemplo. Añadir lazo o gorrito).
  • Para realizarla necesito que me deis los datos de nacimiento del bebé en cuestión. A saber: Nombre, ciudad, fecha y hora del nacimiento, y altura y peso.
  • El precio de la lámina impresa es de 20€ (+ 4€ de gastos de envío). Para pedidos fuera de la península, consultar.
  • Su tamaño es de A5.
  • No incluye marco.
  • Escríbeme un email a diariodeunaendorfina@gmail.com y te cuento cómo hacer tu pedido ^^

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PD.- Amigas a punto de caramelo, ya sabéis qué os va a caer 😉

La sonrisa de la princesa

Hoy por ser viernes, estar ya en primavera (y justo el tiempo se tuerce ¬¬) y a un par de días del cumple de la chica más guapa de la promoción de humanistas -chalaos perdidos que estamos todos dicho sea de paso-, os voy a contar la historia de una princesita valiente.

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Para todos los príncipes y princesas que luchan a diario contra BichosMalos con su alegría y su sonrisa.

Mi rincón de lectura

Me gusta mucho leer, aunque desde que nació el gordo, entre el poco tiempo que tengo y que no he dado con un libro que me enganche, no lo hago con la frecuencia que me gustaría.

Soy de las que se enfrasca hasta tal punto que puedo dedicar un día entero a leer. Mientras como, en la cama, hasta en el baño. Y hasta que no lo termino, no paro. Ansia viva.

Cuando mi amiga Gema me dejó el famoso «5o sombras de Grey» (Aká, 50 solesysombras pa Gregorio XDD) empecé a leerlo en una esquina del salón donde hay mucha luz. Bueno, en general, el salón tiene mucha luz ya que una de las cuatro paredes son ventanales, pero esa esquinita justo, pegadita al radiador, es mi rincón favorito para leer.

Bien, pues me disponía a leerlo cuando veo que el gordito, cuya zona está próxima al mío, cercado de cojines y juguetes, me mira de reojo y abre su librito de animales para el baño, regalo de su titaBel, y pasa las páginas tal y como yo lo hago.

Me lo comía a besos en ese mismo instante.

De hecho, me levanté y le pegué una retahíla de besos sonoros tipo «tía-abuela-besucona-pesada» que todos tenemos y a la que hemos hecho la cobra más de una vez.

La criatura me miraba con miedo intentando zafarse pensando «¿Qué necesidad hay, madre, de semejante meneo?«.

Verdad es que ninguna, pero a veces me entran arrebatos de amor materno que no puedo ni quiero controlar. Y punto. Ta’tocao, hijo.

El caso, que me voy por los cerros de Úbeda, es que tiene varios libros que le gustan mucho. Los Reyes Majicos (porque son muy majos ellos) le trajeron «El Pollito Pepe» (Ese clásico imprescindible de la literatura preescolar) y «Cucú Tras«, con los que hay que tener cuidado porque el gordito se tira en plancha a por las formas recortadas que se superponen en las páginas.

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También tiene otros tres libros que son una monada y que a nosotros nos encantan. Y es que dos de ellos me los regaló el padre de la criatura cuando empezamos a salir, en aquellos días de trajín, tu a Madrid y yo a Barcelona, donde a puntico estuvieron de ponernos un busto de honor en la estación del AVE de Atocha y en el aeropuerto del Prat, juas!

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De los primeros regalos que me hizo Mau fueron «Tots els petons» y «Todos los mimos«, y nosotros regalamos al gordinchi «Todos los bebés«. Nos falta «Todos los papás» y «Todos los amigos» para terminar la colección. Son una monada. Os los recomiendo.

Estos libros, al ser de cartón, más rígidos, con páginas e ilustraciones llenas de color, le chiflan (y hay menor riesgo de romperlo), se pasa las horas muertas, dándole la vuelta, pasando sus páginas y tocando los dibujos. Más riquín…

Y entonces, cuando le veo enfrascado en la «lectura», le ataco de nuevo, jajajajaja. Y le doy tots els petons a cascoporro!

Cambiando de tercio, hoy 8 de marzo, es el día de la mujer trabajadora, así que ¡¡Felicidades a todas!!

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Voy a celebrarlo currando… 😉

El libro de Blog de madre

Soy fan total del Blog de Madre como en un post ya escribí cuando, por casualidad, di con este blog divertidísimo y altamente recomendable: http://blog-demadre.com/

Ayer estuvimos dando una vuelta por que en casa no se podía estar (en la calle no era mejor, pero de vez en cuando algo de aire como que daba un gustirrinín divaaain) y al ver el libro en el Corte Inglés, donde, sí, lo reconozco, no lo frecuento mucho, pero se está la mar de bien con el aire acondicionado a cascoporro, no pude evitar hacerme con el libro.

¡¡Maemía, qué risas!! El tiempo que tengo, escaso para mi gusto, voy leyendo trocitos y me desgüevooor!

Enchufando el bibe a la bolita entre capítulo y capítulo

Y eso que el peque no me deja todo el tiempo que me gustaría para leermelo (en otras circunstancias me hubiera sentado y en un placa placa me lo hubiera ventilau), pero ahí voy, poco a poco, degustando cada página y cada viñeta, en este retiro vacacional en la casa de los suegros en Barcelona, con unos calores mortales de la muerte y con una humedad que hacen que el gordito parezca las manos esas de goma pegajosas con las que jugaban los críos hace tiempo. Le dejamos solo con el pañal, por que suda en silencio. Al pobre se le pega todo al cuerpo. Ayer le descubrí en la espalda el as de oros que estuvimos buscando de la baraja de cartas para echarnos un tute. No digo más.

La bola cárnica muy interesado en el libro (basta que la mader quiera leerlo para que él lo quiera)

Mirando cosicas de bebé

Los pechos me van a reventar, y me duelen bastante.

Tengo ganas de decírselo a todo el mundo. Necesidad de contarlo, de ver la reacción de la gente. De mis papis, sobre todo…

Mi chico está igual, se sale del pellejo por contarlo.

Recopilo y recopilo información, ansiosa de saber cosas de un mundo del que desconozco todo.

De rebote, se pequeñas cosas de bebés, por lo que me cuenta mi cuñada y hermano, por lo que he visto y veo en mi preciosa sobrina.

Pero esto que estoy sintiendo es tan… diferente. Me he imaginado embarazada, sí, pero nunca este torrente de emociones, de ganas de gritar al mundo que dentro de mi hay vida. ¡Qué fuerte! vida…

A veces me pongo la mano sobre la tripita, que no es de embarazada, es la mía de toda la vida, y me descubro sonriendo.