Cuando ha sonado el despertador esta mañana he sentido dos cosas: el peso enorme de mi cuerpo, de lo cansada que me sentía como para poder moverme, siquiera para ir al baño ya que me la vejiga me reventaba, y el hambre que tenía, y que no suelo tener de buena mañana.
Pero el pis ha vencido, y somnolienta me he levantado a aposentar mis posaderas en el retrete, con los ojos cerrados y rascándome la cabeza como un mono.
El lugar de aprovechar y desperezarme, me he vuelto a la cama a rascar 5 minutos más, ya que mi chico aún no había abierto el ojo. Y me he tumbado pensando en el gran tazón con cereales que me iba a meter entre pecho y espalda cuando me levantara.
Dicho y hecho. Just do it!!
Y esta tarde he quedado a pasear con una amiga, que ya que mi cuenta corriente, más que correr, está más bien parada, aprovecharé a hacer cosas que no cuesten dinero, como, un dos tres, responda otra vez, andar por la calle y mover el cucu…
Y ahora voy a ponerme a trabajar. Venga, va. en serio 🙂