Ya podía haber heredado de la mía mamma sus increíbles ojos azules o esa mano innata para la cocina, pero no, heredé su sarro y la sensibilidad supina en las encías.
Desde que estoy embarazada, tengo episodios de sangrado de encías. Afortunadamente no es continuo, va por épocas.
Y ya tocaba una visitilla al dentista, para que me hiciera una limpieza bucal incluyendo quitar el sarro (con el que se podría alicatar un cuarto de baño) y mirarme el tema de mis encías sensibols.
Me dijo que es totalmente normal, que no me preocupara y me recomendó que no usara un colutorio normal para encías sensibles o para el tema de gingivitis, que me enjuagara con agua y sal y a correr.
Para mi sorpresa, no había acumulado mucho sarro, así que eso, para mi, es todo un notición 😉
Ojalá no heredes este «bonico» regalo de tu madre y abuela… por que vaya coñazo…