El sábado fue el cumple de mi chico, y lo cierto es que tiré la casa por la ventana. Dio la casualidad que se juntaron varios factores que hicieron que no me saliera tan cara este sábado de lujo que le regalaba al padre de la criatura, pero que no voy a desvelar aquí. Solo agradecerles a estas personitas su buena voluntad y su gran gesto 🙂
Este cumple será el último antes de ser papi, coincidía en sábado, así que quería hacer algo especial que disfrutáramos los dos.
El día comenzó a las 10 de la mañana con un gran desayuno que constaba de zumaco de naranja, cafe, tostadas y galletas, servido en la cama, como a los reyes.
En la carta que también venía en la bandeja de desayuno, a parte de una cartica de amoog, incluí un mapa de pistas, y cada pista tenía una pequeña frase, que estaba convencida que no adivinaría su significado. Pero le daba más misterio al día, que era lo que quería. Le puse una mochila al hombro (cerrada con candado para dar más misterio al tema) y arreando!
La primera pista era obvia: «Desayuno con diamantes«. Hecho!. La segunda ponía: «Puesta a punto». El se pensaba que le llevaría a la peluquería o algo así, pero nada más lejos: le llevé a que nos dieran un masaje de pies, cráneo, cervicales y cara… OMG! Salimos flotando…
Y flotando nos fuimos directicos a la tercera pista: «You’re the One That I Want«, para quien no lo sepa, es la canción del final de Grease. Nos fuimos andando (qué frío hizo el sábado at the morning, la virgen!) desde Argüelles hasta casi Génova, para degustar comida superyanki y que le apasiona a mi chico en Peggy Sue, que es una cadena de establecimientos estilo Grease, años 50, y tal superchulo.
Nos pusimos las botas, la verdad… Así que a la salida le dije «Uff, me echaba un siestón..» A lo que por supuesto me respondió él: «Yaaaa vés!«. Así que, el angelico mío, sin sospechar nada, me dijo, «vamos a por la pista 4, no?» Allá que nos fuimos hacia la pista número 4 que decía «El descanso del conquistador«.
Dirigimos nuestros pasos desde la calle Belén hasta Goya, y en una bocacalle me meto y el se queda muy despistado, rollo, qué coño hace esta? a lo que yo me paro frente a la puerta del Hotel NH Sanvy de Colón, y le digo «venga, va, hagamos una siestecica«. Ojiplático me sigue sin poder evitar una gran sonrisa y una mirada de «se te va la olla, tía…»
Una maravilla eso de poder hacer una paradita antes de continuar con el tour por que lo cierto es que después de comer se me estaba fundiendo la pila… Saqué la llavecita del candado que cerraba la mochila y voilá! mi chico descubrió que lo que había dentro no era más que mudas, pijamas y neceser, jajaja. Se imaginaba un regalo, toallas para un spa y en alguna ocasión me había preguntado si eran simplemente piedras de lo que le pesaba, jajajaja.
Después del tremendo siestón, nos despertamos, nos duchamos y encaminamos nuestros pasos hacia la calle Barceló, donde la quinta pista versaba «soplan nuevos vientos». El pobriño esperaba una fiesta o algo así por varios motivos: en primer lugar, lo de soplan nuevos aires le sonaba a soplar las velas, próxima paternidad, bla bla.. Y en segundo lugar, dos amigos habían metido la gamba y habían soltado un «nos vemos esta noche!» así que esperaba gente, claro.
Pero nada de eso le esperaba. Fuimos a la sala BUT, donde yo había quedado con gente en la barra del local, pero al ver tremenda cola para entrar y avistar a una amiga al principio de la misma, me salté mis estrictas normas de protocolo y me acerqué a ella, desvelando parte de la sorpresa. Mi chico encantado por que su idea parecía tener forma… Aunque por otra parte, se decía, tanta cola, para que leches será? está claro que para cantarme el cumpleaños feliz not… Más perdido que Falete en una tienda de Biomanán.
Entramos al local con la suerte de que no había ni un puñetero cartel donde pusiera qué hacía tanta gente allí. En la barra nos pedimos algo los tres, y nos quedamos charlando. El concierto empezaba con retraso, y yo había quedado después del mismo….
Una de las pantallas muestra por fin qué veníamos a hacer allí. Mi chico descubre que estamos en el concierto de Canteca de Macao en su gira «Soplan nuevos vientos«. Me mira, y me sonríe.
La sala se llena hasta la bandera, y una hora después de lo previsto empieza el concierto. Justo llegan un par de amigos más que se unen a la sorpresa de mi chico (que mirada de vez en cuando por si llegaban más) Estuvo genial, no paramos de bailotear, de cantar, y de pasarlo genial. Tienen una puesta en directo brutal.
Dos horas después salimos del local rumbo a un bar que estaba al lado, donde una pareja nos esperaba desde hacía hora y media… No contaba yo con tanto retraso en el concert, la verdad… Nos juntamos todos, picoteamos algo, bebimos más, y cuando nos echaron nos fuimos a la Vía Láctea a tomar copas (ellos, claro…) y a juntarnos con los rezagados…
Regresamos al hotel a eso de las 2.30 de la mañana, muertos y enterraos… Yo tenía cansancio en el cuerpo pero estaba speedica y no paraba de rajar. Fue un día genial!
La mañana siguiente nos despertó (a mi más bien, por mi querido amor es un tronco al que no le afecta ni el ruido ni la luz) un maravilloso sol que auguraba un día majísimo. Me costó salir de la camita, me notaba supercansada… Hice un esfuerzo y me metí en la ducha, y mientras despertaba al bello durmiente fui recogiendo el cuarto.
Una vez duchados, bajamos a desayunar como señores, y nos metimos entre pecho y espalda el desayuno de los champions!!! mmmh… qué rico…
Llegamos a casa muy cansados pero contentos… ¡¡Te quiero, amore, felicidades!!!
y yo a ti winy-honey 🙂
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^_^
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¡Vaya día más genial, Fina y Fader! ¡Besazones!
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