La sombra del Bali es alargada

Ya hemos vuelto de la playa. Una semanita a media pensión en el supuesto Gran Hotel Bali. De Gran Hotel Bali no tiene nada. Sería más completo decir Gran Mojón y después continuar con Decrépito y finalizar con Hotel Bali. Entonces sí. Pero le llamaremos Bali.

Lo reconozco, me dejé llevar por mis recuerdos de Benidorm, en la casa de la familia de mi mejor amiga, prácticamente a la sombra de este complejo hotelero, a nuestras idas y venidas, a nuestras fiestas y en definitiva, a los veranos con sabor a ron con Cola Jimmy y a salitre, a despreocupación y a felicidad. Nuestro objetivo a corto plazo por aquellos entonces era salir por la noche, pintarrejearnos los ojos, ponernos morenas y bailar como locas. Qué tiempos…

Estos recuerdos y el ofertón de Atrápalo me traicionaron y no rastreé yo por internete los millones de comentarios negativos que del Bali existían. Mal, Sue, mal. 7 latigazos en el trasero. Uno por cada día.

Ha sido, sin duda, el hotel más sórdido en el que hemos estado. Una lista y todo hemos hecho de las mil y una cosas que nos íbamos encontrando en nuestra estancia. Entre las perlas que nos encontramos, hormigas en el escritorio de la habitación (ahí tenía yo los bibes y demás enseres del peque, puaaaj! ascazo supino cuando las descubrí pulular a sus anchas), sangre en las cortinas, camas como rocas, sábanas rasgadas, parking sórdido sin luz, ascensores insuficientes para el volumen de gente, tumbones rotas, piscina con hedor de alcantarillado y colas interminables en el buffet. Menos mal que mis padres y brodel se lo tomaron con filosofía y entre todos hacíamos constantes coñas… En fin, que lo tenía todo. Todo, todo y todo. Después nos enteramos que el personal llevaba sin cobrar meses… Y nos encajó todo, desde la pasividad hasta la cara de merluza congelada de los empleados y su mirada hueca de «melasudas«.

Benidorm, bien, cuajado de parejas de jubilados y de guiris como era de esperar, pero hemos tenido suerte y el tiempo nos ha acompañado. Alternábamos playa con piscina, pero a tenor de los últimos acontecimientos en la misma, con estampida por olor a podrido y niños gordos portugueses saltando a bomba incluidos, apostamos por la playa a tope, donde además, por al tarde se estaba la mar de a gustico: había bastante menos gente y la arena dejaba de arder.

(*) Puedes hacer clic sobre la imagen si quieres verla más grande

Paseos también hubo. Muchos. Y también visitas al Museo del Chocolate en Villajoyosa y a Altea. En sendos viajes nos metimos entre pecho y espalda un arroz a banda y una fideua respectivamente. Maravilla.

La tableta de chocolate con almendras nos duró a mai brodel y a mí exactamente tres días. Y por que la tenía en arresto domiciliario. Al chocolate, quicir, que mai brodel necesita el dulce como el aire para vivir. Hay que racionarselo.

Con él compartía cuarto, charlas nocturnas, miniempanadillas, helados y al gordi, of course, que sin su ayuda hubiera sido harto complicado, teniendo en cuenta los 10 kilazos (calculo yo, mañana vamos al pediatra, a ver q nos dice) de criature. De hecho la complicidad de los Óscares ha sido increíble. Pura adoración mútua. Dos habitaciones más allá estaban mis padres, patrocinadores oficiales de la Vuelta a Benidorm 2012.

En general ha sido un viaje tranquilo, con siestas incluidas. El peque se lo ha pasado requetebien, se ha reído muchísimo y se ha portado como un campeón, sin llorar apenas nada (solo por la mandanga, as always). Y el otro miembro de la expedición, mi pelo, se manifestó a lo grande. Fue poner un pie en Benidorm y crecer a lo ancho cual pompón hasta parecer Michael Jackson de pequeñín cuando estaba en los Jackson 5: la bola de un micrófono. Bendita goma del pelo.

Lo que traigo de este viaje es, a parte de un par de revitalizantes y obligados kilos de más, la fascinación del peque por el agua y las olas, su moreno ipso facto tal cual el sol le tocaba, y las siestas de pijama y orinal que el angelico se echaba con el run run del mar. Bueno, y una servidora, claro. Baba included. Como tiene que ser.

5 comentarios en “La sombra del Bali es alargada

  1. Jajajajaja. Aunque ya me habías contado la historia, no puedo evitar carcajearme leyendote. Q gracia los 7 latigazos!!!!! Jajajajaja
    Cuando quieras nos vamos a un pisito CNN el gordo y Mau tb. Supongo que 1 piso de esos, por lo menos m perteneciera algún día…y si no a la Leto medio edificio seguro.
    Así que no puedo evitar decirte:
    Que aunque no tengamos un pavo Suerte:
    Siempre nos quedará Benidorm…
    Te quiero!!!!

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    • Amooore!! Sí, a Leto le toca medio Benidorm, jajajaja! Y for sure, siempre nos quedará ese cachito tierra para pasar con dignidad nuestros últimos días cual lagartijas al sol ^_^
      Mari, voy como las locas, no me da tiempo a na… me temo que el siguiente post lo dejo pal lunes… o martes, o jueves.. ains…
      Un besote de los gordos!

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