Entre primos anda en juego

Anda que no recuerdo yo tardes enteras jugando con mis primos, con los que me lo pasaba teta. Ya podía ser el día más aburrido del mundo, que cuando nos juntábamos, una miserable caja de cartón y una silla nos teletransportaban a la mejor de las aventuras. Una sensación única. Ni Playmobil ni Gameboy ni leches. ¡Imaginación to the power!

Me consta que para mi chico fue también muy importante la relación con sus primos. En su caso con más motivo por ser la criatura hijo único.

Por eso me encanta que Óscar tenga primos. En concreto 4, dos niños morenos y dos niñas rubísimas. Con variedad y todo, oiga. Los dos niños los aporta mi chico, son los hijos de su prima mayor, a la sazón como una hermana para él, y pa nosotros sobrinos amantísimos. El mayor se llama Pablo y acaba de cumplir 6 años, y el peque se llama Adrián y este domingo hará 3 añitos.

Cosas del destino a Pablo le conocí recién nacido antes que Mauri. Pablo es pura ternura y Adrián es un casanova. Desde bien pequeño posaba el tío para las fotos que riéte tú de Andrés Velencoso. Son el Yin y el Yang. Se parecen y se complementan, pero desde luego que son muy diferentes, por más que Adri imite en todo a su hermano. Son los hermanos Pata Negra con denominación de origen del Molar: ibéricos cien por cien, guapetones y morenicos de piel y de pelo. El gordo, definitivamente, se parece más a ellos.

Óscar se vuelve loco cuando los ve, ¡Le rechiflan!. En general, los niños mayores atraen mucho la atención de los peques, pero lo de este niño es de traca. A veces pienso que él también se cree mayor, por cómo intenta comunicarse con los chicos. A Pablo y a Adri también les gusta Oski, es como un muñecote que se mueve y suelta gorgoritos y sonrisas a cascoporro.

Me encanta verles juntos, Pablo le quiere coger siempre, y por imitación, Adri también. El mayor manifiesta más esa atención al benjamín, queriendo cogerle y haciéndole mimos, y Adri hace como que pasa más (en el fondo es un príncipe destronado), pero lo cierto es que no se separa de él. De hecho el otro día estaba acostando al gordo en su cunita y Adri estaba ahí, como esposado a ella, y le dije de salir de su cuarto para dejarle dormir algo de siesta. «No, yo prefiero quedarme aquí con el primo» me dijo «¿A oscuras?» le pregunto, «A oscuras» sentencia. Si eso no es devoción que baje Deus y lo diga, hombre ya. Obviamente, Óscar veía a su primo entre las rejas de su celda-cuna y no paraba de carcajear y moverse como una anguila, movimientos que interpreto como «Fieeeestaaa«. Como ya os dije, a lo Pocholo style.

Me encanta verles a los tres con esa diferencia de edad, casi tres años que se llevan, y verles tan pichi juntitos mientras ven los dibus ^_^ (Óscar, cómo es obvio, pierde la atención de la tele, y se gira de vez en cuando mirando hacia arriba para ver a sus primos, y después sonríe. Qué cosota…)

Las dos nenas rubísimas de ojos azules y aire inmaculado y real (son varias las personas que las han comparado con las infantitas) las aporta mi hermano. Mi ahijada y primera sobrina es Gabriela, que en enero hará 4 años (4 años ya, cómo pasa el tiempo, la virgen..) y la pequeña se llama Paula y se lleva con el gordo apenas 6 meses; hizo el añito en septiembre. La verdad es que cuando pones a Paula al lado de Óscar parecen del mismo tiempo, son igual de grandes, y si tenemos en cuenta, que Paula se pasa del percentil… ¡Imaginaos! Vamos que los dos primitos van a ser unos tachencos de mucho cuidao. También se sale del percentil el saque que tienen los dos al comer, el mismitico, como si no hubieran ingerido en días.

Gabriela también fue gordita, pero ahora es una nena guapísima, alta y delgada, y muy risueña. Cariñosa y dicharachera. Paula se parece bastante a ella cuando era más pequeña. Es un bomboncito redondito y comestible, una miniprincesa entrada en carnes, más pachorrona y silenciosa (ya veremos cómo evoluciona, claro..). Y Óscar entre ellas forman un bodegón la mar de majo. El gordo se deja menear, besuquear, aplastar, y responde a todo con una sonrisa bobalicona de pura felicidad, como si quisiera decir «Máááááásssss«.

En definitiva, Óscar tiene 2 primos Jabugos, usease ibéricos, y dos primas de Ikea, usease, suecas. A los cuatro mira con absoluta devoción, tanto cuando Gabriela le saluda corriendo por al pasillo a su encuentro con un «Osquiiiichissss» que es cómo le llama (y así le diferenciamos del otro tío que se llama también Óscar) tanto cuando Pablo y Adrián le abrazan para salir apelotonados en una foto, y también cuando Paula esboza un «nene» mientras le intenta alcanzar con su mano rechoncha y le da un besito. El gordo se deja querer.

Ah! Ahí dejo un dato curiosón: Los cuatro primitos se apellidan Sánchez ^_^ ¡Lo bueno abunda! 😉

10 comentarios en “Entre primos anda en juego

  1. Jajaj, me ha gustado la definición de los primos, jabugo e ikea. La verdad es que yo no he tenido primos con los que jugar de pequeña, por no coincidir geográficamente ni por edad, pero está claro que son un gran aliciente en edades pequeñas.

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    • Jejejejeje, gracias!
      Es una pena porque te aseguro que, si hay feeling, claro (Imagino que habrá gente que tengas primos y que no se lleven), se puede montar la de San Quintín, jijijii, armábamos unas en las BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones) que pa qué 😛 ¡Qué tiempos!
      Gracias por la visita y el comentario, guapa!
      un besote

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  2. Gracias por comentarme en la fotito, nada es un luto personal, mañana me confirmarán definitivamente que estoy pasando por una perdida gestacional (que fino ha sonado, pero la otra opción me molesta). Aun no me he leido lo de los primos pero en cuanto lo haga te vuelvo a escribir!

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  3. ¡Preciosa, entrada, nena!
    Los primos son lo más y si no mira el mío qué resalao y maravilloso es ^_^
    Un beso gigantérrimo para Elfather, Fina y Bola cárnica de parte de una de las ibéricas jajajajaja.

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    • No paha na, mujer… Seguro que tu infancia fue la de cualquier otra criatura!
      Lo que pasa es que mis primos y yo pastábamos libre y salvajemente por el pueblo comiendo chorizo a mordiscos y haciendo el burro. Todo muy verano azul pero a lo rural, ya sabes, sí que había bicis, pero también cazábamos moscas, perseguíamos renacuajos, y y hacíamos concursos a ver quien lanzaba la boñiga de vaca más lejos. Todo muy bucólico pastoril, como ves 😉

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