Hoy voy a celebrar el día de Sant Jordi con un cuentito chorra sacado de mi imaginación, esa donde pastan dragones adoreibols con gafas que hablan, leen libros de aventuras y donde el mundo es un poquito mejor ^^ ¡A disfrutar de este día! Espero que os guste 😉
Érase una vez un dragón llamado Jordi al que le gustaba mucho leer. Sus hermanos y él vivían pacíficamente en lo alto de una colina, alejados de los caballeros andantes que eran muy pesados y siempre llegaban allí diciendo «¡Acabemos con el dragón!», como si solo hubiera uno… Ángelicos.
Cuando les oía llegar jaleando sus caballos y gritando como verracos, Jordi les miraba por encima de su libro y de sus gafitas mientras se preguntaba «Amos digo yo… ¿no tendrán otra cosa que hacer?»
Así que un día jartito de que estos ataques, y de ver que sus hermanos se morían de miedo, salió con su libro bajo el brazo, cogió la única rosa azul del rosal y se acercó al grupo de caballeros, que nada más verle avanzar hacia ellos empezaron a retroceder mientras abrían mucho los ojos.
Jordi sintió su miedo, por eso sonrió y les extendió la rosa: «No temáis que no voy a haceros nada. Cómo veo que os aburrís bastante, porque no hay día que no vengáis por aquí, os propongo que leáis un rato, un libro de aventuras, por ejemplo, cómo este que yo llevo, ¿Queréis que os lo preste? ¡Tiene un montón de dibujines!»
Ojipláticos y despavoridos los caballeros que se creían muy valientes salieron corriendo en dirección contraria a Jordi.
Extrañado Jordi se preguntó «¿Será que no saben leer?«
Lo que nunca supo el bueno de Jordi era que oír hablar a un dragón fue lo que les ahuyentó para siempre a esos hombres malos y aburridos.
¡Feliz día de Sant Jordi!